El impacto económico negativo de las olimpiadas
Como vimos en un post anterior, los juegos olímpicos se han convertido en un agujero económico que cada día recuerdan más al pozo sin fondo de Montreal 1976 que a los exitosos Los Angeles 1984. Las voluminosas pérdidas acaban siendo sufragadas por los contribuyentes del país organizador. En contrapartida se anuncian múltiples beneficios pero todos ellos muy intangibles: mejora de la imagen, más turistas, mayor reconocimiento,… Estaríamos en lo que en economía se denomina externalidad, efectos externos que sufren una o varias personas por acciones u omisiones de otras. Las externalidades son negativas cuando esas acciones provocan perjuicios a agentes externos. El ejemplo más típico es la contaminación que una fábrica puede provocar a los vecinos de una localidad. Por el contrario una externalidad positiva es aquella que provoca un aumento de bienestar a agentes ajenas. Un ejemplo sería un determinado monumento artístico o histórico que atraería a turistas que beneficiarían a hote...