El pelotazo del Ciudad de Murcia

Los dos componentes del fútbol, la pasión y el negocio, son muchas veces complementarios pero otras veces son antagónicos. Un ejemplo de estas últimas se ha producido con la venta del equipo de fútbol "Ciudad de Murcia" a un empresario granadino para su traslado a la ciudad andaluza. El propietario era el representante de jugadores Quique Pina, quien creó el equipo en 1999 y lo llevó a segunda división en apenas cuatro años.

Pina ha encontrado en el fútbol un importante rédito económico al vender por un elevado importe sus acciones en la sociedad anónima deportiva. En este caso la obtención de triunfos deportivos fue un medio para alcanzar el objetivo de maximizar los beneficios de su inversión. Para los maximizadores de resultados deportivos, como el Barcelona, los beneficios económicos son un medio para lograr el éxito competitivo. Si el capital del Ciudad de Murcia hubiera estado controlado por maximizadores de los resultados deportivos, como son los aficionados, nunca hubieran realizado una venta que supone la desaparición de facto del equipo al que han seguido todos los domingos.

Los aficionados al fútbol tendrán que empezar a acostumbrarse a la diferencia entre cliente y propietario.

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