Si Pellegrini hubiera sido economista

Al entrenador del Real Madrid, Manuel Pellegrini, le llaman "el ingeniero" por haberse titulado en Ingeniería Civil en su Chile natal. Si se hubiese decantado por estudiar Económicas tal vez le hubiera servido para su labor como entrenador de fútbol.

Pelligrini está siendo muy cuestionado en los últimos meses y aún más tras perder el partido del sábado contra el Barcelona. Una de las quejas más recurrentes por parte de los aficionados son los cambios que realiza a lo largo de los partidos.

El pasado sábado la grada gritaba a favor de la entrada de Guti y el jugador saltó al campo poco después. Otro de los cambio fue la entrada de Raúl. El cambio provocó una cerrada ovación del estadio. Pelligrini parecía querer congraciarse con el madridismo con estos cambios. Pero si hubiera estudiado Economía conocería la escuela de la Public Choice o Teoría de la elección pública. Dicha escuela estudia la aplicación de la economía al mercado político, es decir al comportamiento de ciudadanos y políticos en las decisiones electorales.

Una de las más recientes aportaciones en ese campo corresponde a Bryan Caplan en su libro The Myth of the rational voter. Su teoría es que si los políticos quieren ganar elecciones no deben hacer lo que les piden sus votantes. A partir de una encuesta realizada en Estados Unidos, el autor muestra que si se siguiera la política económica preferida por los votantes se provocaría una pérdida en el nivel económico del país. Y los votantes castigan a los políticos si se produce una recesión aunque se siguieran las políticas que preferían. Por eso lo más lógico es aplicar medidas impopulares que supongan prosperidad porque los votantes lo recompensarán.

En términos futbolísiticos, todos los aficionados llevan un entrenador de fútbol bajo su piel. Todos tienen su propia alineación y realizarían sus propios cambios. Pero al final juzgarán al entrenador no por seguir las preferencias de la grada sino por los resultados. Por eso lo más sensato es olvidarse de las preferencias de la grada y que el entrenador siga su propias preferencias porque al final será juzgado exclusivamente por los resultados.