J League (I): las multinacionales japonesas juegan al fútbol
En Europa hay un puñado de equipos, como PSV Enindohen o Bayer Leverkusen, herederos de los clubs formados por las empresas para que sus trabajadores disfrutaran del deporte en su tiempo libre. Ese paternalismo empresarial hace mucho que desapareció de nuestro continente pero no así en Japón.
Pero la actual crisis económica y la pérdida de identificación de los trabajadores con su empresa están empezando también a afectar en el país nipón. Muchas empresas se están deshaciendo de sus equipos deportivos que incluyen la práctica totalidad de las modalidades: atletismo, baloncesto, tenis de mesa,... Más de trescientos equipos han desaparecido en la última década. Muchos de ellos lo que han hecho ha sido independizarse de la empresa pasando a buscar diversos patrocinadores y un público más ligado a la zona de residencia que al lugar de trabajo.
Las primeras competiciones de fútbol en Japón fueran las competiciones entre empleados de las empresas. Más adelante se fueron transformando en equipos de aficionados que disputan las ligas organizadas por la Asociación Japonesa de Fútbol. Pero la popularidad del deporte fue aumentando tanto que surgió la necesidad en 1993 de crear una liga profesional, la J League, que mejorara el nivel de la competición.
La base de la nueva liga no podía ser sino los equipos de las grandes empresas que destacaban en la liga de aficionados. En algunos de los casos se ha repetido la estructura de un equipo propiedad de una multinacional. Es el caso del Gamba Osaka propiedad de Matsushita Electric Industrial (Panasonic), Omiya Ardija del grupo de telecomunicaciones NTT y el Kawasaki Frontale de Fujitsu.
En otros casos las empresas se han dado cuenta que para lograr llevar a buen puerto la experiencia de un equipo profesional debían ampliar la base de apoyo. Uno de los principales baluartes fueron los gobierno provinciales y municipales donde tenían su sede los equipos que se incorporaron al capital e incidieron en la identificación territorial de unos equipos hasta entonces eran una parte más de las multinacionales. Fue el caso de Urawa Reds que nació en 1951 como el equipo de la empresa Mitsubishi Motors Corp y al que se incorporaron los gobiernos provinciales y locales de Saitamal, y de Kashiwa Reysol creado por Hitachi y al que se incorporó el gobierno local de Kashiwa.
Si en categoría aficionado cada empresa tenía su equipo, el Grupo Sumitomo decidió aunar esfuerzos para competir en la J League. Agrupó los intereses futbolísticos de todas su empresas en el Kashima Antlers FC al que también se incorporaron el gobierno municipal y empresas locales. Durante la etapa de fútbol amateur el equipo logró ascender a primera división en 1986 pero nunca ocupó las primeras posiciones. En la liga profesional ha resultado ser uno de los equipos más laureados. Un cambio que se fraguó en la primera temporada de la liga profesional cuando el equipo tomó una decisión que cambió su destino: fichar a Zico. Ese año logró el subcampeonato e inició una cadena de triunfos que continúan hasta hoy.
Jubilo Iwata de tiene su origen en el equipo creado por Yamaha Motor Co. en 1972. Debido a sus pobres resultados en la liga de aficionados, el equipo no logró estar presente en el estreno de la liga profesional japonesa. A pesar del contratiempo, en 1992 se creó la compañía Yamaha Football Co. para gestionar al equipo y se incorporó al capital dos medios de comunicación de la zona: el periódico The Shizuoka Shimbun y la cadena de televisión Shizuoka Broadcasting System. En 1997 por fin logró su objetivo de estrenarse en la liga profesional J League.
Sanfrecce Hiroshima se creó a partir del equipo de aficionados de la empresa Mazda. La compañía automovilística sigue participando en su capital pero debido a dificultades económicas tuvo que dar entrada a un consorcio donde también participan la administración provincial y municipal y una cincuentena de empresas locales.
FC Tokyo tiene sus orígenes en el equipo de la empresa Tokyo Gas, la cual no era capaz de aunar los recursos necesarios para competir en el profesionalismo por lo que el equipo pasó a ser propiedad de un consorcio con la participación de otras doscientas empresas de la zona. En el caso del Nagoya Grapes no fue la falta de fortaleza financiera de su empresa mentora, Toyota, sino el deseo de la empresa automovilística de no tener un papel destacado en su gestión, aunque sea su patrocinador, por lo que dio entrada en el capital a un consorcio formado por varias compañías locales.
Pero la actual crisis económica y la pérdida de identificación de los trabajadores con su empresa están empezando también a afectar en el país nipón. Muchas empresas se están deshaciendo de sus equipos deportivos que incluyen la práctica totalidad de las modalidades: atletismo, baloncesto, tenis de mesa,... Más de trescientos equipos han desaparecido en la última década. Muchos de ellos lo que han hecho ha sido independizarse de la empresa pasando a buscar diversos patrocinadores y un público más ligado a la zona de residencia que al lugar de trabajo.
Las primeras competiciones de fútbol en Japón fueran las competiciones entre empleados de las empresas. Más adelante se fueron transformando en equipos de aficionados que disputan las ligas organizadas por la Asociación Japonesa de Fútbol. Pero la popularidad del deporte fue aumentando tanto que surgió la necesidad en 1993 de crear una liga profesional, la J League, que mejorara el nivel de la competición.
La base de la nueva liga no podía ser sino los equipos de las grandes empresas que destacaban en la liga de aficionados. En algunos de los casos se ha repetido la estructura de un equipo propiedad de una multinacional. Es el caso del Gamba Osaka propiedad de Matsushita Electric Industrial (Panasonic), Omiya Ardija del grupo de telecomunicaciones NTT y el Kawasaki Frontale de Fujitsu.
En otros casos las empresas se han dado cuenta que para lograr llevar a buen puerto la experiencia de un equipo profesional debían ampliar la base de apoyo. Uno de los principales baluartes fueron los gobierno provinciales y municipales donde tenían su sede los equipos que se incorporaron al capital e incidieron en la identificación territorial de unos equipos hasta entonces eran una parte más de las multinacionales. Fue el caso de Urawa Reds que nació en 1951 como el equipo de la empresa Mitsubishi Motors Corp y al que se incorporaron los gobiernos provinciales y locales de Saitamal, y de Kashiwa Reysol creado por Hitachi y al que se incorporó el gobierno local de Kashiwa.
Si en categoría aficionado cada empresa tenía su equipo, el Grupo Sumitomo decidió aunar esfuerzos para competir en la J League. Agrupó los intereses futbolísticos de todas su empresas en el Kashima Antlers FC al que también se incorporaron el gobierno municipal y empresas locales. Durante la etapa de fútbol amateur el equipo logró ascender a primera división en 1986 pero nunca ocupó las primeras posiciones. En la liga profesional ha resultado ser uno de los equipos más laureados. Un cambio que se fraguó en la primera temporada de la liga profesional cuando el equipo tomó una decisión que cambió su destino: fichar a Zico. Ese año logró el subcampeonato e inició una cadena de triunfos que continúan hasta hoy.
Jubilo Iwata de tiene su origen en el equipo creado por Yamaha Motor Co. en 1972. Debido a sus pobres resultados en la liga de aficionados, el equipo no logró estar presente en el estreno de la liga profesional japonesa. A pesar del contratiempo, en 1992 se creó la compañía Yamaha Football Co. para gestionar al equipo y se incorporó al capital dos medios de comunicación de la zona: el periódico The Shizuoka Shimbun y la cadena de televisión Shizuoka Broadcasting System. En 1997 por fin logró su objetivo de estrenarse en la liga profesional J League.
Sanfrecce Hiroshima se creó a partir del equipo de aficionados de la empresa Mazda. La compañía automovilística sigue participando en su capital pero debido a dificultades económicas tuvo que dar entrada a un consorcio donde también participan la administración provincial y municipal y una cincuentena de empresas locales.
FC Tokyo tiene sus orígenes en el equipo de la empresa Tokyo Gas, la cual no era capaz de aunar los recursos necesarios para competir en el profesionalismo por lo que el equipo pasó a ser propiedad de un consorcio con la participación de otras doscientas empresas de la zona. En el caso del Nagoya Grapes no fue la falta de fortaleza financiera de su empresa mentora, Toyota, sino el deseo de la empresa automovilística de no tener un papel destacado en su gestión, aunque sea su patrocinador, por lo que dio entrada en el capital a un consorcio formado por varias compañías locales.
Que buen apunte, la verdad es que no sabia lo que pasaba en Japon. Muy bueno el blog, te agregue a mi blogsfera.
ResponderEliminarUn saludo.
www.fubolo.blogspot.com
Gracias. He visto en tu blog, tu apuesta a favor de Florentino para el Real Madrid. Veremos como le va en esta nueva etapa. Tu blog está enlazado desde euros y balones.
ResponderEliminarUn saludo,
muy bueno tu blog, en Chile hay un equipo que se llama Huachipato por la planta acerera que es la dueña del equipo.
ResponderEliminarvisita y hazte seguidor del mio:
http://piqueatierra.blogspot.com
Gracias por la información. Chile se incorporó hace relativamente a la transformación de los equipos de fútbol en sociedades anónimas. Me llamó la atención el caso de la gestión del Colo-colo por parte de Blanco y Negro. ¿Qué tal les va? ¿Y al resto de equipos?
ResponderEliminarUn saludo,