Gazprom gana la Copa de la UEFA

Ya sé que quien la ha ganado ha sido el equipo Zenit de San Peterburgo, pero siempre me ha llamado la atención que en las ligas norteamericanas quien recogía el trofeo de ganador era el propietario del club, no el capitán. Es algo que tiene sentido en tanto en cuanto el equipo es suyo y no de los jugadores. En Europa donde existe una cultura más de club se comprende que el protagonismo lo tengan los jugadores. En los comienzos del fútbol, los clubs no eran más que un grupo de aficionados que se reunían para practicar su deporte favorito.

En Rusia no existe una cultura de clubs deportivos compuestos por socios como ocurre en Europa Occidental. En la época soviética cada equipo era la sección deportiva de una organización del Estado. Así el CSKA era el equipo del Ejército y el Dynamo el del Ministerio del Interior. Los altos cargos del sistema se disputaban así su poder y vanidad en los terrenos de juego.

Con la caída del régimen comunista ese sistema se desmoronó y los equipos pasaron a depender de las nuevas corporaciones, en la mayoría de casos empresas privatizadas. Y en ese panorama destaca sobre todo una empresa: Gazprom. Se trata de la compañía que posee las mayores reservas de gas natural de Rusia que suponen el 15 de las existentes en todo el mundo. Una empresa que primero fue privatizada para posteriormente volver al control público ya que el gobierno ruso posee más de la mitad del capital. Se trata de un verdadero poder fáctico en un país regido por la Putinomics: una mezcla de mafia institucionalizada disfrazada de democracia. Dado el poder de esta empresa es normal que tras comprar la mayoría del capital, el equipo de San Peterburgo haya aumentado su relevancia en el fútbol ruso y europeo. Que la supremacía futbolística rusa haya pasado del representante del Ejército Rojo a la de Gazprom es un buen ejemplo del cambio en el país.