Glasgow Rangers sancionado por deudas con Hacienda, ¿y en España?
España es con diferencia el país que más equipos en concurso
de acreedores. En la primera división Rayo, Racing, Zaragoza, Betis, Granada y Mallorca se encuentran en esa
situación. Una situación sin comparación en el resto del continente. Y es que a
diferencia de las empresas del resto de sectores, los equipos de fútbol de
primera división suelen salir del concurso con una deuda menor y sin peligrar
su continuidad. Por el contrario, la mayoría de las empresas que entran en
situación de concurso de acreedores terminan siendo liquidadas.
Una de las
causas del recurrente recurso al concurso de acreedores es que hasta ahora
suponía impedir el descenso de categoría por impagos a los jugadores (ver post Ley
Concursal y Sociedades Anónimas Deportivas). Con la reciente reforma de la
ley concursal, los equipos ya no podrán evitar ese descenso.
Pero en el resto
de Europa las medidas son mucho más duras. Primero fue el Portsmouth
inglés al que le sancionó con nueve puntos que le abocaron al descenso y ahora
es el Glasgow Ranger a quien la entrada en concurso le ha supuesto un descuento
de diez puntos que le impiden tener alguna oportunidad de revalidar el título de
liga obtenido la pasada temporada.
Aquí en España
nos costaría mucho pensar que el Madrid o FC Barcelona, equivalentes patrios a
la importancia del Rangers en Escocia, fueran sancionados hiciera lo que
hicieran. No hay más que recordar lo ocurrido en la Copa del
Rey del año 2000 en el que el FC Barcelona no se presentó en un partido
ante el Atlético de Madrid. El reglamento establece que no presentarse a un
partido de Copa del Rey implica la expulsión de ese equipo del torneo durante
un año. Sin embargo, la RFEF
se saltó su propio reglamento y permitió a los azulgranas disputar la Copa del Rey del siguiente
año. O la aberración de la liga de 22 equipos de 1995 cuando la LFP aplicó la sanción del
descenso a segunda a Celta y Sevilla que después rectificó pero sin tampoco
retirar el derecho a participar a los dos equipos que habían recuperado la
permanencia gracias la sanción a dichos equipos.
Pero lo aún más sorprendente del caso del Rangers es que el
desencadenante del concurso es la deuda con la Hacienda británica por
importe de 90 millones de euros. Mientras en España los datos oficiales
indicaban que en 2009 la deuda de los equipos de fútbol con Hacienda ascendía a
627 millones de euros. Y por supuesto en estos dos años ninguno de ellos ha
sido sancionado con pérdida de puntos en la competición ligera.
Mientras en Alemania la Bundesliga se muestra
orgullosa de pagar más de 600 millones de euros anuales en impuestos y en el
Reino Unido se castiga los impagos con Hacienda, el fútbol español sigue siendo
impune ante Hacienda. Es un problema de país. Si no somos capaces de exigir que
un equipo de fútbol cumpla con sus obligaciones, ¿qué podemos esperar que pase
con los banqueros y los poderosos?
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